El gobernador del banco de España, en España, siempre suele
ser un señor al que, desconociéndose en verdad el por qué de su nombramiento
por el gobierno, suele caracterizarse porque – como suele decirse - cada vez
que habla sube el pan.
El gobernador actual hizo el otro día unas declaraciones reclamando
que se reduzca la "excesiva protección" de los trabajadores
indefinidos con tal de evitar que los empresarios acaben abusando de la
contratación temporal. El mensaje tendría algún sentido y podría merecer una
pensada si no viniera de dónde viene.
Uno: de la banca, bastión hasta el momento del mejor trabajo
fijo en remuneración, protecciones, bonus y carta blanca para prejubilaciones
que uno siempre se pregunta quién las acaba de pagar. Dos: los directivos de la ídem, o sea de la banca, con las remuneraciones,
capitalizaciones, e indemnizaciones millonarias que estamos viendo todos los
días.
Y tres: el banco en concreto del que hablamos, el banco de España que ha tenido fama desde tiempos inmemoriales de que es la auténtica pata negra del funcionariado de aquella manera.
Y tres: el banco en concreto del que hablamos, el banco de España que ha tenido fama desde tiempos inmemoriales de que es la auténtica pata negra del funcionariado de aquella manera.
Pues nada, que empiecen por aplicarse la receta: la banca en
general, sus directivos en especial y el banco de España el primero. Que la “receta
Linde” se recuerde en el futuro porque fue su inventor el primero en probarla.
Lo han breado. Con razón. Primero, es de cajón, los
sindicatos. Y después Goirigolzarri que, después de acogerse en 2009 a una
jubilación anticipada del BBVA a los 55 años con una pensión anual de tres
millones de euros - y que anda ahora en lo de Bankia - pide que los sueldos de
la banca se adecuen a la baja rentabilidad.
La prensa dice que la propuesta de Goirigolzarri para la
autorregulación salarial ha removido las aguas de la gobernanza en la banca que
se pregunta seriamente: “¿Para que
hablará este tío?”.
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