En la vuelta el pasado lunes de Zamora, (con el traslado de
la fiesta de San José al día 20 en Madrid), tuvimos ocasión de revivir, en
carne propia, el chiste de hace varios años acerca de cómo arreglaba un
informático una avería en un automóvil.
Tunel de Guadarrama (Flickr)
El caso es que en mitad del túnel de Guadarrama se
encendieron todas las alarmas rojas del coche, apareció un letrero – en inglés,
por supuesto – con algo así como “failed
engine” y comenzamos a perder
velocidad, los coches pitándonos y logramos salir, no sé cómo, a unos 20 km/h
del túnel parando a continuación: el coche muerto en el andén.
La furgoneta de asistencia de la autopista llegó pronto y
entre que si se llama a una grúa y entre que si no, a la conductora de la
furgoneta se le ocurrió.
“¿Y por qué no apagan,
salen del coche, cierran, abren, vuelven a entrar y lo intentan poner en
marcha?”
Que es lo que hacía el informático del chiste. Y eso hicimos…y
funcionó. Al día siguiente en el taller dijeron que al coche no le pasaba nada.
Entretanto, casi no matamos. Tenemos coches, trenes y
aviones presos de la electrónica que pueden hacer pirulas de estas; hacer “paf” sin saber por qué. Si eso ocurre: a rezar para que no se estrelle el Airbus o
para que no te des o no te den un cacharrazo.
¡A la felicidad por la
electrónica!, que ahora es eterno trending topic. A la felicidad y quién sabe si a
otras tenebrosas situaciones.. y todos tan felices y contentos.
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