Juan Benet
(Imagen de archivo. Diario de León, 17-10-2013)
Y ahí encontramos al "joven Marías", entusiasta acompañante y amigo de ese extravagante ciudadano, ingeniero notable y extraordinario escritor que fue Juan Benet. En el artículo aparece, (en realidad su núcleo principal), el vals Kupelwieser, mínima y delicada obra de Schubert, favorito exagerado, "a la benetiana", del escritor; que entendemos que pueda merecer - como al parecer hacía Juan Benet - su reproducción y escucha repetida y continua durante horas.
Obra cortísima, (entre menos de minuto y medio y dos y pico según versiones), fue interpretada por Schubert en la boda de su amigo Leopold Kupelwieser celebrada en 1826 y nunca quedó escrito por el músico vienés, sino que quedó como pieza de oido, propiedad de la familia Kupelwieser durante generaciones; hasta que fue transcrito por Richard Strauss en 1943.
No he visto en internet las versiones que menciona Marías en su columna. Me quedo con dos interpretaciones: la de Sergey Kuznetzov, rápida, y la de la joven pianista georgiana, Salome Jordania, más lenta y que me parece más sentida.
Con el frío y la lluvia petarda de esta primavera, volver a leer Otoño en Madrid hacia 1950, con el vals Kupelwieser sonando repetido y contínuo, a la "benetiana", varias horas. Un buen plan.
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