Fue calificada como poesía pura plena de precisión, con un importante nivel de
abstracción; resaltando, asimismo, el gran acierto en la combinación de poesía
y química. En dicho libro se incluye el conjunto Poemas de laboratorio que se ha incluido recientemente el la sección poesía y ciencia de madrimasd.org y que mostramos a continuación.
Poemas de laboratorio
70. La
sílice es una afirmación con un círculo ¡duplicado! Tierra y Dios: mi barro y
mi atmósfera.
71. Hidrocarburos
que dais la vida: Sabed que se puede morir aunque sigáis reaccionando; porque
no tenéis risa, ni mirada, ni voz. Sólo cadenas.
72. La
química lo afirma pero se engaña. No existe la saturación.
73. La
sonoridad de las ebulliciones y de los alambiques, es como un viento sin mar y
sin molinos.
Les falta actividad de velas agitadas de
blancura.
74. ¡Ansia
de la transmutación! Para conseguirte, cada vez más pequeña, más minúscula, más
átomo.
75. Balanza,
urna de sensibilidad: Eres el crucifijo de la mirada.
76. En
planos de ágata y cuchillos de acero se equilibran –también- los sentimientos.
77. En una
quietud de balanza, que guarda su sensibilidad como un tesoro, mi corazón
espera.
De Cristales míos,
1935.
María Cegarra Salcedo
(La Unión, 1903 – Murcia,
1993)
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