Volvemos a incluir en poesía y ciencia, no una, sino dos composiciones. La primera nos viene sugerida por esta repentina subida de temperaturas en febrero, que seguro que no traerá nada bueno al campo. El soneto A este febrero, que se equivocó y se vistió de abril en 1966 de José Antonio Muñoz Rojas expresa este temor de una forma vívida y apegada a la tierra. Lo malo es que lo que antes era esporádico, cosas de refranes, ahora parece que se está haciendo habitual y es muestra del calentamiento global. ¡A ver si somos capaces de enderezarlo!
José Antonio Muñoz Rojas
Y, en esas, recordé Señor que me has perdido
las gafas,
entrañable poema dedicado a las útiles y
domésticas gafas – el artefacto surgido de la óptica más popular y difundido a
lo largo de la historia – que siempre andamos perdiendo los de vista cansada y
es obra, también, del insigne poeta malagueño que nos dejó en 2009.
A este febrero, que se equivocó y se vistió
de abril en 1966
Qué
disparate, Abril se ha equivocado,
y tomando la
posta de febrero
y diciéndose
flor para qué os quiero,
a Marzo a la
torera se ha saltado.
Y un
alboroto por el campo ha armado
de yemas sin
sazón, tramas sin fuero,
la violeta
diciéndose me muero,
apenas el
color recién morado.
No me abrilees Febrero a estas alturas,
que luego
viene Marzo con su yelo
y nos hace
la pascua antes de fecha.
Tú con las
tuyas y él con sus diabluras.
Y donde dice
vega pone duelo
y nos deja a
dos palmos de cosecha.
Señor que me has perdido las gafas
Señor
que me has perdido las gafas,
por
qué no me las encuentras?
Me
paso la vida buscándomelas
y
tú siempre perdiéndomelas,
me
has traído al mundo para esto,
para
pasarme la vida buscando unas gafas,
que
siempre están perdiéndoseme?
Para
que aparezca este tonto
que
está siempre perdiendo sus gafas,
porque
tú eres, Señor, el que me las pierdes
y
me haces ir por la vida a trompicones,
y
nos das los ojos y nos pierdes las gafas,
y
así vamos por el mundo con unas gafas
que
nos pierdes y unos ojos que nos das,
dando
trompicones, buscando unas gafas
que
nos pierdes y unos ojos que no nos sirven.
Y
no vemos, Señor, no vemos,
no
vemos Señor.
José Antonio Muñoz Rojas. (Antequera-Málaga, 1909 – Mollina-Málaga, 2009).
Ver más en poesía y ciencia o
en el blog La alegría de las musas
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