En estos días de zozobra, después del latigazo del hecho y sus causas. Noqueados por el interminable carrusel de noticias sobre las ciento cuarenta y nueve víctimas y su homicida y suicida depresivo. Sin poder comprender lo incomprensible y sin poder cargar con más dolor.
Restos del avión de Germanwings
No se me va de la cabeza una frase. "El hueco que deja el diablo". Como en el libro de Alexander Kluge: el accidente de Chernobil, los atentados del 11-S, el hundimiento del Kurks, la destrucción de las ciudades alemanas al final de la segunda guerra mundial, el atentado de Charlie Hebdo...; hay huecos por donde el mal se cuela impunemente.
El avión de Germanwings estrellado en los Alpes por un copiloto enfermo descerebrado. Una vez más y de plena actualidad; otro hueco que deja el diablo.
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