Con el título "Innovación y Tecnología", el lunes 28 de noviembre se publicó en el diario El PAIS, una carta de D. Enrique Mandado Pérez. Recomiendo vivamente su lectura. Empieza así:
"España es un país de servicios con los productos desarrollados por otros y eso explica por qué somos el noveno país del mundo en producción científica y el 42º, por delante de Barbados, en competitividad".
Se puede decir más alto, pero no más claro. Es como poner el zapato encima de la mesa como hizo Nikita Jrushchov en la ONU, una bocanada de aire fresco y distinto en el panorama de cómo se entienden en nuestro país, (y cuales son y cómo se fomentan), las políticas de apoyo a la I+D+i. Entender mejor la innovación y el desarrollo tecnológico; entender que tienen vida y fuerza propia y que no tienen porque ser siempre necesariamente el fruto de la investigación.
Hay que decir que el profesor Mandado ni es desconocido ni es un recién llegado. Es catedrático de la Universidad de Vigo, (de hecho fue su primer catedrático) y su magnífica obra, en diferentes facetas, está ahí para quien quiera comprobarlo. Al buzo, que siempre ha pensado más o menos del mismo modo, le ha entrado un ataque de nostalgia, al recordar lo que le enseñaron hace veinticinco años sobre la innovación - y que tan poco se ha practicado y fomentado hasta la fecha- y le ha venido a la cabeza el verso del bolero Amar y vivir , (que es más conocido por Se vive sólamente una vez), de la compositora mexicana Consuelito Velázquez (1), que cantaba Antonio Machín (2):
... no quiero arrepentirme después
de lo que pudo haber sido y no fué..
¿Será posible que después de más de veinticinco años sea tan difícil hacer entender lo obsoleto del modelo lineal de la generación del conocimiento por la academia a través de la I+D y su necesaria y posterior transferencia a las empresas?. El caso, es que la historia podría haber sido otra.
En 2006 la revista mi+d editó un número especial en relación con el vigésimo aniversario de la Ley 13/1986 de la Ciencia. En su contribución a ese número titulada "De la Ley de Innovación a la Ley de la Ciencia: Historia del camino inverso", Julián Pavón contaba la historia de la no nacida Ley sobre Innovación Tecnológica Industrial, que quedó, como proyecto de ley, varada en el Congreso de los Diputados en junio de 1982, poco antes de la victoria del PSOE en las elecciones generales ese mismo año. Así comenzaba el artículo:
“Al cumplirse 20 años de la publicación de la Ley de la Ciencia en 1986, si aplicamos la máxima del Evangelio de "Por su fruto los conoceréis", parece que tenemos poco que celebrar, pues todos los indicadores de informes recientes sobre innovación y competitividad en España, a los que haremos posteriormente referencia, nos indican que vamos perdiendo posiciones de forma aparentemente irreversible en el contexto internacional”.
La Ley sobre Innovación Tecnológica Industrial no nacida, planteaba desde luego otra senda, que no se tomó.
"- Ha supuesto un instrumento razonable para el fomento de la investigación científica y técnica, aunque se haya observado limitaciones en los instrumentos y obsolescencia en las estrategias.
- Sigue pendiente el efecto propulsor sobre el desarrollo tecnológico y la innovación.
- Tampoco ha sido una palanca suficiente para dinamizar la carrera de los recursos humanos.
- No se ha puesto en marcha la conexión eficiente entre la comunidad científico-técnico y la empresarial.
- Ha servido con cierta eficacia como elemento coordinador interministerial, pero no ha cumplido un papel satisfactorio en la coordinación de estas tareas con las Comunidades Autónomas."
No subrayo nada. Lo que pudo haber sido y no fue. Me atrevo a decir que así nos va.
Notas
1. Consuelo Velázquez fue autora de Amar y vivir y de otras muchas canciones, como por ejemplo Cachito o Besame mucho. Esta última es probablemente una de las canciones en castellano más famosas y difundidas de todos los tiempos, (más de 1000 versiones en 40 idiomas). Fue grabada por primera vez por el cantante mexicano Emilio Tuero. Pronto se hizo su adaptación al inglés y se convirtió, también en un gran éxito en los años cuarenta en USA, donde una de las primeras versiones fue grabada por Nat King Cole. De entre los cientos de versiones, les enlazo a tres. La primera es puro bolero de Lucho Gatica. La segunda es un clásico, clásico instrumental de la orquesta de Ray Conniff. La última es una curiosa y marchosa versión de Charles Aznavour y Edit Piaff. En wikipedia pueden conocer más de Consuelo Velázquez: http://es.wikipedia.org/wiki/Consuelo_Vel%C3%A1zquez
2. Ver en wikipedia para Antonio Machín http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Mach%C3%ADn
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