jueves, 31 de julio de 2014

Estados inestables

El buzo se va unos días a la playa con una sensación de que estamos en unos tiempos en los que, en la sociedad en general y casi en cualquier apartado concreto en que nos fijemos, no existen unas condiciones robustas de estabilidad. Steady-state se dice en inglés para calificar el estado de un sistema en equilibrio en el que pequeños cambios en las variables llevan al sistema de forma natural al estado inicial.



Se contrapone a los estados inestables en el que desequilibrios diversos en las variables, por pequeños que sean, no llevan al sistema de modo natural a la posición inicial, sino que lo  acaban llevando a puntos finales distintos que, en ocasiones, pueden llegar a ser catastróficos.

Así, ahora mismo, a nivel internacional tenemos a la vez el conflicto eterno de Oriente Medio a razón, esta última semana, de casi cien muertos diarios; Libia está, literalmente, ardiendo en plena guerra civil; los muertos del atentado al avión de la Malaysia Airlines siguen yaciendo en los campos de Ucrania sin que se vea forma de que acabe la pesadilla; el virus Ébola galopa extendiéndose como una tela de araña por África Occidental… ¿seguimos?

No hablaremos de temas a nivel nacional, en que no sabemos con qué nueva causa judicial escandalosa nos desayunaremos cada día siguiente; ni a dónde nos llevará la deriva secesionista de una parte de España, ni nadie nos define el federalismo; seguimos con una tasa de paro, en la que ya – después de 6 años de crisis - casi no queda gasolina en los depósitos de las sufridas familias...

Y a nivel doméstico este país ha vuelto a los tiempos de Dickens, en que uno de sus personajes definía la felicidad como ganar 5 y gastar 4,95, frente a la desgracia, que era ganar 5 y gastar 5,05. Vamos tan justitos que cualquier gasto extra o contratiempo o accidente, nos puede llevar a caer de la cuerda al vacío como funambulistas torpes. 




Basta que te pongan una buena multa, (que comienzan, las de tráfico por ejemplo, en 100 euros, pero pueden llegar fácilmente – a poco – a 300 o más); con tener que pagar una matrícula de universidad pública, (en Madrid más de 2. 000 euros - ver enlace - cuesta la primera matrícula de un primero de una carrera de ciencias, cuando hace cuatro años costaba menos de la mitad y con el “inri” de saber que esto mismo sale en otras comunidades autónomas por unos 800) u otras tasas (por ejemplo, casi 300 euros por tramitar la expedición de un título de Master en una universidad privada); o que se te estropee sin remedio un coche o un electrodoméstico necesarios y no puedas reponerlos… Todo esto en un país con un salario mínimo interprofesional de 645 euros que no es una ficción y en que muchos sueldos reales – una buena parte del total – no son muy superiores.

Así que así estamos, encomendándonos a San Pancracio para que nuestros personales y pequeños estados estables  no sean llevados por delante con cualquier mínimo desequilibrio, con cualquier pequeño cambio de viento que llegue sin pensar y de repente.

Rezando a San Pancracio ¡qué planazo!

miércoles, 30 de julio de 2014

Hexacorde en Madrona

El 19 de julio último fue un día especial en Madrona. No sólo por el hecho de ser sábado de julio, día de ocio, amigos y paseos, sino porque iba a actuar el grupo Hexacorde - con la cantante Vanesa Muela – que, aparte de ser uno de los más principales y modernos grupos de folk de Castilla León y centro de España en general, cuenta entre sus miembros con dos chicos del pueblo: Héctor y Sergio López, (hijos a su vez del querido José Luis, dulzainero, zanfonista,  animador continuo y, sobre todo, buen amigo).


En el último CD. Agarraos

Creo yo que fue una actuación muy especial, porque el grupo Hexacorde vino a Madrona a echar el día y a convivir con todos nosotros, apareciendo por el pueblo a media mañana con sus familias, niños incluidos. 

Nos regalaron un coloquio celebrado en el salón a las 12.30, en el que, después de romper el hielo Héctor, se fueron presentando cada uno de ellos y los diferentes instrumentos que iban a sonar por la noche en la actuación. Fue una clase – además de magistral - amigable y entretenida  en que vimos de cerca y escuchamos los sonidos de flauta, dulzainas y pito castellano; la gaita, el safón y clarinete, la guitarra y el cistro y las percusiones: de la pandereta a la batería, pasando por las exóticas djembé y darbuka, y por otras tan de aquí como panderos, castañuelas y cucharas de cocina, estas últimas sonadas con salero y maestría por Vanesa Muela.


Madrona con la mujer muerta al fondo

También explicaron, a los que allí estuvimos, los orígenes y el sentido de su música: la recuperación y re-interpretación de la música popular. Música popular que empieza en el ritmo y en el canto; música popular para el trabajo y para la fiesta y el baile, que va añadiendo instrumentos; y que por estos pagos cristaliza, fundamentalmente, en las formaciones de dulzainas que amenizaron hasta mediados del siglo XX estas tierras. Y es esa música popular la que Hexacorde descubre, recoge y reinterpreta electrificando, añadiendo armonías  y haciéndola posible en el siglo XXI.

Por la tarde, vino a tocar en suerte – y no es exageración - el único día todo el mes de lluvia del mes de julio y la actuación, después de dos intentos fallidos, no pudo realizarse en la plaza de San Antonio y hubo de llevarse al salón, dónde hubo calor y apreturas pero, también, cercanía y un sonido menos amplificado y más natural. Hubo división de opiniones: que si habría sido mejor fuera, que vaya lástima... A quien esto les cuenta le pareció de perlas. ¡A ver en que otra ocasión voy a estar a dos metros de Vanesa Muela cantando y dándole a la pandereta o de Fernando Llorente soplando la dulzaina, que casi sentía que soplaba yo y que ponía los dedos en las llaves!


Hexacorde. Abbey Road "agro"

La actuación, de  dos horas largas, fue extraordinaria porque lo es el repertorio y porque todos los componentes de Hexacorde son unos intérpretes formidables, virtuosos que suenan como en sus discos o incluso mejor. Destacaría personalmente una apreciación general y dos momentos.

Algo que me encanta en muchos temas de Hexacorde como, por ejemplo, Las seguidillas de Ávila y del Tío Tocino o La jota del Henar, es el modo en que se va preparando poco a poco, pasando de un instrumento a otro, metiendo poco a poco más percusión o cambiando armonías, un climax creciente hasta que, al final, acaba llegando inevitablemente el potente y bestial sonido de la dulzaina que estalla en el aire y nos transporta a esas mañanas de alboradas y pasacalles. 

Un primer momento especial ocurrió cuando al oír la canción que dice lo de “Solo de cuatro colores tengo de pintar el ramo…”, dije de pronto: "¡Coño, si esto es de Aliste!" Y así era: La muerte y el casamiento enfrentados procedía de San Vitero, en la comarca de Aliste en Zamora, (el pueblo en que nació mi padre y en el que yo viví mis primeros 5 años).  El ritmo incesante de pandero y la gaita ancestral que yo oí de niño en aquellos pueblos. 

El segundo momento es el de la joya escondida: La casa delos locos, en la que lloré. Difícil encontrar un verso de amor más sencillo, más duro y más tierno:

Si tú te mueres mi vida, si tú te mueres salero
La casita de los locos ha de ser mi paradero

La melodía inesperada y reposada, que se va espesando y a la que se va añadiendo intensidad hasta un exaltado y desesperado final que estremece y deja al personal sin aire.

Gracias Hexacorde. Una actuación memorable.

Nota
Los enlaces de las canciones proceden del concierto en radio 3 celebrado el 4 de diciembre de 2012

martes, 22 de julio de 2014

Operación Sol. Los 4 de la Torre

O los amas o los odias. Con Los 4 de la TorreLos de la Torre, a secas, desde finales de 1966 - no hay término medio: o te resultan lo peor de todo el pop español antiguo o los adoras. El buzo está en esta última tesitura. Un ejemplo claro de eso de que el corazón tiene razones que la razón no entiende.
En la discográfica Belter – la gran editora española de la música cañí y del rock cañí en los años sesenta – tuvieron sus mejor época en el trienio 1965-1967 en el que grabaron un buen número de discos, (sobre todo EPs de cuatro canciones), con grandes éxitos como Mamita, Española abanícame y Vuelo 502.

Portada del Tebeo para chicas Claro de luna, basado en Vuelo 502
Entre otros hitos, pasan por ser los introductores del Ska en España con la canción Operación Sol de 1967, lo que los convierte, una vez más, en unos pioneros. Aunque sin guitarra rítmica en contrapunto, el caso es que el ritmo sí es como de Ska, pero las voces en coro como susurrantes, el sonido del órgano pelín chirriante y la interpretación muy piñón fijo son tan “delatorre”, que, en principio, ni lo notas.
Pero, por si no nos enteráramos de que es el nuevo Ska, nos ilustran de que a España ha llegado un ritmo jamaicano, etc. y colocan el término en el estribillo que dice:
Escá, escá, escá, escá, es cálido sol


Así que… blanco y en botella: Ska y a mover el esqueleto. Yo ya aviso de que como se descuiden les resultará adictiva y necesitarán cada día su ración de Los de la Torre.
Perseveraron con este Ska sui géneris con otra canción tanto o más dinámica que fue Hay que vivir. En el inicio, parece que no haya salido uno de Operación Sol, después en el estribillo la cosa ya cambia. En Hay que vivir ya no se menciona Jamaica pero sí, siguen machacando con el término Ska, que colocan en el estribillo:
… y es que hay que vivir, ooohh, hay que vivir


Que pronuncian de corrido y se escucha: "Eskay que vivir", con lo que, en efecto el Ska está ahí con el órgano enloquecido incluido.
No digo yo el nombre de una calle o una estatua, pero al menos un sello de correos conmemorativo de la introducción del Ska en España con sus rostros de perfil y debajo escrito el nombre del grupo, ya se merecerían.

Notas

La página oficial del grupo es http://los4delatorre.blogspot.com.es/ En ella pueden ver, entre otras curiosidades, el Tebeo completo de Vuelo 502. En la página http://lafonoteca.net está la biografía y toda la discografía de Los de la Torre

lunes, 21 de julio de 2014

Complicados días

Complicados días estos en que parece que ande suelto Belcebú. La masacre del avión de Malasya Airlines con la cobarde negación de los culpables y el entorpecimiento de la investigación, con el espectáculo dantesco de los cadáveres descomponiéndose el los campos del este de Ucrania. Y también la eterna guerra en el Oriente Medio que es como un sueño de la marmota macabro. Nos seguiremos despertando años tras años y el Oriente Medio será un avispero, la guerra perpetua. 

La perplejidad es pasmo y el pasmo pasa a ser asco y dolor. A parte del asco y del dolor que podemos sentir, ¿Qué decir, que se le puede a uno ocurrir ante estas salvajadas? Pero, si no escribimos de éstas cosas y permaneciendo bloqueados, ¿cómo vamos a escribir de otras?

Es necesario y es imprescindible seguir.

miércoles, 16 de julio de 2014

Quén poidera namorala!

La noche del sábado pasado en Sanjenjo nos obsequió con la actuación del grupo señero del folk gallego: Milladoiroque toma su nombre de los montones de piedras que los peregrinos iban dejando en el camino de Santiago. Llevan ya 35 años en el mundo de la música popular con una calidad y una honradez dignas de reconocimiento. Alegría, innovación y entusiasmo caracterizan su obra, con más de 20 discos editados, 10 bandas sonoras y otras composiciones.
El personal, numeroso y variopinto, disfrutó de lo lindo. Acompañaba la noche, dulce y con una de las lunas mas grandes que vamos a poder ver en el verano. Era de esas veces que uno piensa: "¡Que no cabe, que no acabe..!" 

Y al final en el segundo bis interpretaron Quén poidera namorala!, espléndido broche final, una del las canciones gallegas más amadas y conocidas. Esta canción es tan buena y tan auténtica que parece que fuera popular y que viniera del fondo de los tiempos cantada por generaciones de gallegos y "arrimaos".



Pues bien, como canción con ese título, sólo tiene 40 años. La música la puso Luis Emilio Batallán y apareció en su primer LP, Aí ven o maio editado en 1975. La letra era de un poema de Álvaro Cunqueiro - más conocido por su primer verso No niño novo do vento - de su libro Cantiga nova que se chama Riveira de 1933, escrito bajo el influjo de la lírica galaico-portuguesa medieval.

No niño novo do vento
hai unha pomba dourada,
meu amigo!
Quén poidera namorala!




Don Álvaro Cunqueiro

Una joya que, fascinante como tantas otras, había dejado Cunqueiro y que fue recogida con una música fresca, sencilla y popular por Luis Emilio Batallán

Y que ha quedado para siempre.

martes, 15 de julio de 2014

De vuelta al calorón

Vuelvo a este Madrid de nuestros pecados donde el verano seco, africano y extenuante ha llegado de golpe. Y el contraste es fuerte desde dónde vengo, el norte de Portugal y de la Ría de Pontevedra. Ahí hemos estado en esas pequeñas grandes ciudades de Portugal, educadas y silenciosas, decorosas y limpias: Guimaraes, Barcellos, Povoa de Varzim...



Playas de Povoa de Varzim

Casí igual que el nuevoriquismo cutre que señorea las noches de Sanjenjo, en que han destrozado con una retahila de bares de copas y de restaurantes de quiero y no puedo lo que antes era el barrio de pescadores, ese nuevo paseo marítimo con bloques de a ocho plantas con el nuevo puerto y amarres, con los barcos deportivos a quince metros de la Playa de Panadeira que, obvio es decirlo, se han cargado.

Mi amigo J, que mamó esa tierra de pequeño, es un pesimista. Sostiene que la capacidad del pueblo gallego para cargarse el litoral es extraordinaria; lo nunca visto. "No te puedes imaginar Pedro; la Ría de Pontevedra era el paraíso... y se lo han cargado". Algo debe haber de cierto. 

Por la carretera de la costa de Sanjenjo a Pontevedra, hay una rotonda absurda con un letrero desopilante que te manda - si quieres - a algo así como "Terrenos urbanizables 1 y 18". Y allí se pueden ver, monte abajo y al fondo la Ría, las carreterillas y farolas que, dentro de no mucho, se habrán de rellenar de chaletes y piscinillas para cargarse otro trozo más de esa costa que un día fue el paraíso.




Vista de la Playa de Areas

Menos mal que el destrozo no ha llegado aún del todo a Areas y su playa, cuyas arenas y las gentes que por allí paran siguen siendo la gloria de la tierra. Allí echamos el día - con sus correspondientes cervezas, albariños y empanadas - entre la playa y la umbrosa y tranquila terraza del Hotel Riveiro. Eso, como Portugal, sí que vale el viaje.

sábado, 5 de julio de 2014

La clase acabó

En estos días de bulla y barullo permanentes, las palabras recientes de Rafael Argullol son como una revelación: la vida como rapiña.

"... mientras la vida sea entendida como un objeto de rapiña, de saqueo, cualquier otra consideración se antoja secundaria. Y esta parece ser la ideología dominante en estos primeros lustros del siglo XXI en los que el utilitarismo y el pragmatismo se ven acompañados por una exaltación permanente de la posesión inmediata de las cosas (y de las personas). La existencia está ahí para ser tomada, para ser consumida, y no para llegar a un compromiso con ella..." 

Pero bueno, ahora se ha acabado el "cole" por unos días.



L'ecole est finie, en francés. Con Sheila. O con Jöel Denis.


La clase acabó, en español. Con el Duo Cramer. O con Rosalía

Hasta pronto.

martes, 1 de julio de 2014

Will you love me tomorrow de Goffin y King

En Segovia me llegó la noticia del fallecimiento de Gerry Goffin, el letrista americano de los años sesenta. Junto con su esposa Carole King nos han dejado un puñado de canciones que son de lo mejor del pop de aquellos años.


Mirador del Pintor Fromkes en Segovia

Más tarde, me encontraba paseando entre la Plaza Mayor y el Alcazar, por el barrio de Canongías. Y en el Mirador del Pintor Fromkes me vino a la cabeza Will you love me tomorrow, el primer gran éxito de King y Goffin con Las Shirelles.

Qué maravilla de canción. Parece que en un principio, la profesional de la música – compositora – era sólo Carole King y su marido trabajaba – era químico de formación – en una empresa de pinturas. Ella le comenzó a tararear melodías y a decirle ¿a ver que letra se te ocurre?  Así comenzaron a trabajar en pareja en el Brill Building, el mítico edificio de Nueva York en que trabajaban concentrados para las principales editoras y discográficas los mejores compositores de finales de los cincuenta y los sesenta.


La canción, si hacemos caso a Juan de Pablos, parece que estaba destinada en principio a Los Drifters que la rechazaron. Ahí aparecieron Las Shirelles pero, para dar más suspense a la cosa, Don Kirchner dueño de la editora que les encargó la canción, se la ofreció a Johnny Mathis que tampoco la quiso, y así es como finalmente llegó, definitivamente a Las Shirelles. No sin reticencias ya que a la cantante del grupo, Shirley Ashton, no le gustaba mucho: que si no iba con su estilo, que si sonaba mucho a country…, pero al final la grabaron y fue un éxito inmediato, número 1 en las listas de USA en 1961, siendo el primer nº 1 de un grupo  femenino de color en la historia.


Will you love me tomorrow tiene una letra bastante tierna vista hoy día, pero en su tiempo – comienzos de los sesenta – se consideró bastante explícita sexualmente, ya que la chica se preguntaba con inquietud si él la seguiría queriendo a la mañana siguiente... Es la inquietud, en suma, de los momentos iniciales del amor en que los enamorados se preguntan si es posible que tanta felicidad pueda perdurar.

Tonight with words unspoken
You say that I'm the only one
But will my heart be broken
When the night meets the morning sun?

I'd like to know that your love
Is love I can be sure of
So tell me now, and I won't ask again
Will you still love me tomorrow?

La canción de melodía inolvidable, ha sido revisitada a lo largo del tiempo por muchos intérpretes que la han hecho suya convirtiéndose, de hecho, en una de las canciones que más versiones ha tenido. Un standard, en definitiva, que siempre nos gusta volver a escuchar. En el artículo ingles de Wikipedia, podéis ver una enorme lista – que no es exhaustiva – de versiones. 


Después de la genuina e inicial de Las Shirelles, yo por quedarme con otras tres, elegiría la de la propia Carole King de su disco Tapestry de 1971, tan natural y relajada; la de la legendaria Dusty Sprinfield de su primer disco de 1964 que suena elegante, fluido y pop; y una de las últimas, de Amy Winehousecon su particular y desgarrado estilo.


En la hora bruja en que estaba acabando el día más largo del año, cerca de la pensión donde vivió Antonio Machado, el cauce del Eresma abajo y el monasterio del Parral al fondo, me pareció un milagro de la cultura, de la historia y de la música poder - en las mismas calles que pisara Andrés Cabrera, alcaide de la ciudad de Segovia en tiempos de Enrique IV o la mismísima Isabel de Castilla - disfrutar de una canción compuesta en 1960, en Nueva York a miles de kilómetros, y que por obra de la era de la comunicación y la información se puede conocer y disfrutar en todo el universo mundo.