jueves, 3 de marzo de 2016

Lecturas en tiempos de investiduras

Después de día y medio de debates en el Congreso de los Diputados, seguimos con la cabeza caliente y con los pies fríos. Como uno no está lo bastante capacitado para análisis más o menos sesudos sobre la difícil situación que se presenta a uno o dos años vista - como sí lo están, sin duda, la miríada de comentaristas, periodistas, tertulianos diversos y resto de espontáneos – me conformo con destacar dos artículos que, entre tantos, me han llamado la atención.

El primero es El hombre anumérico, escrito por Luis Ventoso en ABC. Rememora el libro del mismo título del matemático y excelso divulgador John Allen Paulos



Título que aplica al automandatado candidato Sánchez, que no dio un solo número en toda su intervención al respecto de toda la retahila de medidas que fue exponiendo.  A continuación reproduzco uno de sus párrafos.

“… confieso que a mitad de su discurso comencé a sentirme un poco insultado en mi pequeña inteligencia. Y es que no creo que el profesor Sánchez, economista, padezca de analfabetismo matemático. Lo que sí creo es que nos estaba vendiendo una moto,..., un tocomocho programático, un regreso acelerado al ilusionismo económico de Zapatero…”

Estupendo artículo, original, bien escrito y sin acritud. Difícil no estar de acuerdo y, además, me hace recuperar Un matemático lee el periódico, también de Allen Paulos, que andaba despistado por casa y al que conviene volver de vez en cuando, para leer con cuidado las matemáticas y estadísticas que tanto abundan en la prensa y demás medios de comunicación.

En otra tesitura se mueve Elogio del miedo de Iñaki Ezquerra, que ocupa la tercera de ABC de ayer, día 2 de marzo. En él se pone en cuestión la actualmente extendida denostación o condena unánime del miedo y reclama el derecho a usar de un miedo prudente en nuestra vida y nuestras decisiones. La entradilla dice:

“Aquí todos tienen derecho a meter miedo con perros o con citas de Lenin menos los que sentimos un miedo prudente a que este país retroceda a las situaciones que nos aterrorizaron; al fantasma de la quiebra que se alejó hace sólo dos años y a la ruptura de la baraja de la convivencia con la que nos llevan amenazando cuatro décadas los nacionalistas”

Además, el artículo, acaba con unos versos extraordinarios del recientemente desaparecido Santiago Castelo: “… miedo a la soledad, a la agonía/ miedo a perder mi parte de alegría/ y a dudar de un cariño que no niego…/ Tengo miedo, Señor. Y ya es de día”


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