Por
diversos motivos, que se mencionan en el poema ¿Por qué no hay más viajes a la luna? de Mario Benedetti, los dueños del poder decidieron postergar sine die los viajes a la Luna.
Apolo XI. Insignia de la expedición.
Algo ha
debido cambiar ya que, en los últimos tiempos, asistimos a una eclosión de
nuevos proyectos de viajes espaciales y, también, a nuevas aventuras en la luna
gracias a China, ya que el pasado 3 de enero su robot explorador Chang’e 4 aterrizó en la cara oculta de
la luna y, según sus planes, en la década de 2030 enviarán sus primeras
misiones tripuladas a nuestro satélite. ¡Ojalá que así sea!
¿Por qué no hay más viajes a la luna?
Cuando
el bueno de Armstrong dio aquellos pasos
todos
registramos cómo se movía
tosco
/ pesado / en un suelo blancuzco
¿o
era de piedra pómez? ¿quién se acuerda?
Durante
un rato estuvo cavilando
y
la escafandra o como se llamase
impedía
que viéramos sus ojos
pero
juraría que su mirada era
de
pereza o abulia.
Algo
debió explicar a su regreso,
algo
diferente al discurso de gloria
que
le ordenaron pronunciar eufórico
entre
medallas, flores vítores y guirnaldas.
Algo
debió decir en privado a sus jefes,
algo
importante inesperado.
Verbigracia
/ Cuando estaba allá arriba,
caminando
como un zoombie en la Luna,
mi
general mi coronel pensé en ustedes
y
se me ocurrió no sé por qué
que
debía matarlos con urgencia
uno
a uno / dos a dos / etcétera.
O
verbigracia dos / Cuando andaba allá / heroico,
pisando
las feísimas arrugas del satélite,
imaginé
que así debía ser la muerte
es
decir el paisaje de la muerte.
O
verbigracia tres / cuando estaba en Selene,
paseando
por la nada como un imbécil,
sentí
el asco infinito de la ausencia del hombre
y
me dije qué mierda estoy haciendo aquí.
Algo
así debe haber confesado a sus jefes,
con
su estrenada voz de robot disidente
y
quizá por eso los dueños del poder
postergaron
sine die los viajes a la Luna.
Mario Benedetti, (Paso de los Toros – Uruguay, 1920-Montevideo
– Uruguay, 2009)
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