Tengo muy por cierta la opinión de Ángela
Vallvey, sobre la poesía, que leí, hace unos días, en “Cambio de siglo. Antología de la poesía española. 1990-2007”, (Selección,
prólogo y bibliografía de Domingo
Sánchez-Mesa. Poesía Hiperión. Madrid 2007).
“(…) En todo caso, en estos
tiempos de abaratamiento, de vulgarización masiva, de consumo y de ganancias,
la poesía (no hay poesía buena y mala: hay poesía o no hay poesía) es un
reducto de exquisitez que sigue proporcionando un temblor de humanidad siempre
nuevo para cada individuo. La poesía es el ADN de la cultura. Infinitamente
incomparable. Pieza única. Es la antimanufactura. No se le puede pedir más.”
Opinión elevada tengo también de la música y el pasado día 8 se acabaron juntando estas
dos pasiones.
Fuimos a la biblioteca municipal Miguel de Cervantes de Pozuelo de
Alarcón a ver la sesión dedicada al poeta Gabriel
Celaya, de la actividad “Poesía de oídas”
que se viene desarrollando desde
febrero de 2017, (ver enlace), y que continuará en otoño de
este año.
Antonio Daganzo Castro, escritor y periodista, Premio de la Crítica de Madrid de Poesía 2015
y Carolina Barreira López,
Licenciada en Educación y gestora cultural son los creadores y protagonistas de
esta propuesta cultural que intenta acercar a los grandes autores españoles e
iberoamericanos. Se busca atrapar al público a través de una lectura amena de
datos pintorescos y humanos de la vida del autor, intercalados entre poema y
poema. (Ver detalles).
Sus autores lo definen como “un recital poético en formato radio teatro donde, a lo
largo de una hora, se realiza la lectura, a dos voces, de una cuidadosa
selección de poemas, que son intercalados en un guion que narra la vida y
anécdotas del poeta protagonista de cada sesión, permitiendo comprender mejor
la poesía y al autor”.
La sesión “Gabriel Celaya,
tranquilamente hablando” transcurrió agradablemente y los dos artífices de
Poesía de oídas, realizaron – al igual que en alguna otra sesión anterior que
habíamos presenciado – una entretenida y
amable velada, combinando poesía recitada, imágenes y repaso de la biografía de
Gabriel Celaya.
Gabriel Celaya
¡Qué grande Celaya!
Qué ejemplo de vida, de amor y felicidad… y compromiso social en unos tiempos
que no eran fáciles. Uno de los poemas que se recitaron fue Aviso al que se conoce más por su primer verso: “La ciudad es de goma lisa y negra”, que reproducimos a continuación.
Aviso
La ciudad es de goma lisa y negra,
pero con boquetes de olor a
vaquería,
y almacenes de grano, y a madera
mojada,
y a guarnicionería, y a achicoria,
y a esparto.
Hay chirridos que muerden, hay
ruidos inhumanos,
hay bruscos bocinazos que
deshinchan
mi absurdo corazón hipertrofiado.
Yo me alquilo por horas; río y
lloro con todos;
pero escribiría un poema perfecto
si no fuera indecente hacerlo en
estos tiempos.
De forma inmediata me vino a la memoria
la versión musicada de La ciudad es de goma lisa y negra que el grupo Aguaviva realizó del poema en 1972.
Qué grupo tan curioso e interesante fue
Aguaviva. Ideado por José Antonio Muñoz junto con el cantante, compositor y productor Manolo Díaz, (uno de los grandes hombres de música de nuestro país), estuvieron en activo toda la década de los setenta, representando en grupos, lo que supusieron, en la canción protesta de la época, (ideología, estética, etc.), los cantautores de la época.
Pusieron música a diversos poetas de la
denominada poesía social, alcanzando bastante éxito con un estilo en que se
mantenían, siempre, párrafos recitados que se acompañaban de partes y, sobre
todo, estribillos a coro. En el vivo recuerdo, además de Aviso, están: Poetas
andaluces, (su mayor éxito) y Creemos el hombre nuevo de Rafael Alberti; Me queda la palabra de
Blas de Otero y Cuentos de León Felipe.
Música y poesía ¡Qué perfecta combinación!
Y quedamos a la espera, ya después del
verano, de las próximas sesiones de Poesía de Oídas. Serán: Generación del 27, (16 de octubre);
Nicolás Guillén, (13 de noviembre) y Alfonsina Storni, (11 de diciembre).
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