En el pasado mes de octubre, a través de una entrevista en el New York Times, Keith Jarrett reveló que, en 2018, sufrió dos derrames cerebrales que le provocaron graves secuelas.
Lo leímos el 22 de octubre en el artículo "Keith Jarrett revela que podría no volver a tocar el piano tras sufrir dos derrames cerebrales", publicado en ABC. Cito literalmente del artículo anterior :
“Estaba paralizado. Mi lado izquierdo todavía está parcialmente paralizado. Ahora puedo intentar caminar con un bastón, pero me llevó mucho tiempo lograrlo... un año o más."
"En julio de 2018 fue dado de alta e hizo un uso esporádico del piano, tocando sólo con la mano derecha. "Estaba tratando de fingir que era Bach con una mano, pero en realidad sólo era para tocar algo", admite el pianista, que reconoce que el momento más doloroso fue cuando quiso tocar algunas melodías bebop, muy familiares, y descubrió que las había olvidado."
Desolación y pena indecibles. A malas, cuando nada parecía ir bien, uno siempre podía imaginar mentalmente que en alguna parte estaría Keith Jarrett tocando el piano para consuelo del mundo y de cada uno de nosotros. Ya no.
En Munich, el 17 de julio de 2016 Keith Jarrett ofreció - no se si el último o - uno de sus últimos conciertos en solitario. Casi al final del concierto interpretó el viejo standard It's A Lonesome Old Town, más conocido en las versiones interpretadas por Frank Sinatra o Sting.
Su interpretación magistral - cristalina y a la vez un poco oscura - eleva la categoría del tema; convirtiéndolo - como todo lo que ha interpretado Keith Jarrett, (fuera lo que fuera) - en un clásico.
Adiós y siempre en nuestro corazón.
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