martes, 25 de septiembre de 2018

Naturaleza cuántica. (Neutrinos). Mercedes Martínez Bilbao


Uno de los mejores y más entrañables poetas españoles del siglo XX, Claudio Rodríguez, era de la opinión de que la física teórica - por la razón de que cuanta más luz proyecta sobre el origen del universo más misterio añade - constituye una de las formas de la poesía.




Mercedes Martínez Bilbao, (científica y poeta), se plantea la sorprendente realidad de la mágica presencia de los neutrinos también en nuestras cocinas. (Parece fuerte, pero deberíamos acostumbrarnos). El resultado es este delicado y tierno poema Naturaleza cuántica.


Naturaleza cuántica

Deduzco
de su naturaleza cuántica
que en mi cocina también hay lluvia de
neutrinos
pues para ellos
el universo
es un todo vacío. No
me barren el suelo, no me limpian
los platos, ni me hacen más feliz,
pero atraviesan mi cocina como un planeta,
como los aromas vecinos,
los rayos del sol,
las voces de los niños,
y los neutrinos.

Una amiga sabia me
confiesa que son partículas mágicas
sin masa y sin carga
y yo le pido silencio
que hable bajito
no vaya a ser que se asusten
y ya no vuelvan
los neutrinos
a mi cocina.

Mercedes Martínez Bilbao, (Santurce - Vizcaya, 1960).




lunes, 24 de septiembre de 2018

La catedral está curada de espantos.


Frases lapidarias
  
La catedral está curada de espantos.

Del artículo La paz campesina de Luis Ventoso, en ABC de 8 de agosto de 2018.

El 6 de agosto de este año se produjeron las pintadas en el pórtico de la Gloria que tanto se han comentado, (entre otro sitios en este blog). Dos días después, Luis Ventoso, en ABC escribió la columna La paz campesina en el que afirmaba que la catedral de Santiago estaba curada de espantos y recordaba cómo Almanzor robó las campanas en 997; como en 2011, el electricista del templo robó el “Códice Calixtino”. También que algunos vándalos han robado apliques de las puertas y que, una vez, un lunático se subió en pelotas a abrazar al Apóstol.

Pero lo mejor de todo, es el sorprendente relato de la historia de Ricardo Fandiño, que reproduzco a continuación:

“En 1942, Ricardo Fandiño de 28 años, un sastre nacido en Sobrado de los Monjes, entra a trabajar como campanero de la catedral con sueldo de 180 pesetas mensuales. El empleo incluye casa, pero en el tejado. Poco a poco aquello deriva en una fábula de Cunqueiro. Fandiño engendra prole de tres hijos y se van afianzando en el techo. Acaban teniendo hasta gallinero y, según una leyenda que merece ser cierta, llegan a criar y sacrificar un guarro en los tejados catedralicios.”

Para este buzo, ha sido la mejor historia y lectura del verano; que, efectivamente, parece inventada por Cunqueiro y merecería continuación.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Debate sobre el desayuno

Si solo se estuviera atento cada día a hablar de la actualidad, uno no pararía. 

Por ejemplo, tenemos un Sánchez, presidente del Gobierno, que, a pesar de que en el momento previo a presentar la moción de censura que le llevó a la presidencia, planteó campanudamente a Mariano Rajoy que la retiraría si convocaba elecciones; ahora está haciendo planes de reformar la Constitución, cargarse el Senado,etc.; e incluso hacer planes hasta 2030!!

O ese Consejero de Interior de Cataluña que proclama, (a mayores de la melonada de que Cataluña fue en la Edad Media la primera democracia europea y que España la invadió en 1714), que los lazos amarillos son mobiliario urbano y, por tanto, deben los Mossos de escuadra persegyuir a los que los descuelgan y retiran.


Un paisano retirando mobiliario urbano

Luego hay cosas de más entidad que deberían tener nuestra atención. Como, por ejemplo, saber a quién va a invitar Belén Esteban en su próxima boda o seguir con precisión los avatares de Masterchef Celebrities... 

Lo que les digo: un no parar sería. No merece la pena.

Más me interesa lo del furor europeo por lo del cambio de hora que parece ser, hoy por hoy, el tema más estratégico de la agenda comunitaria. En este sentido he leido en ABC la entrevista al profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, José María Fernández-Crehuet, que sostiene: «O el horario de invierno o el de verano pero con el huso de Portugal»  y me ha parecido todo muy sensato y razonado por lo que lo suscribo. He dicho.

Otro si, digo que, en la citada entrevista, también se refiere a los cambios que deberían hacerse en las costumbres que tenemos. Y sale lo del desayuno: que si desayunamos mal, que si tendríamos que desayunar antes, que si tendríamos que desayunar más... Gran debate.

Que no es nuevo. Por lo menos, viene de mediados del siglo XIX. Por si pudiera constituir una base para ilustrar debates que nos esperan, me gustaría recordar aquí el que hubo sobre si se deben desayunar huevos fritos o chocolate con picatostes, que tuvo lugar entre Wenceslao Ayguals de Izco y Fray Gerundio en las páginas de la revista La Risa, (recogida después en el Álbum del Momo (1847). 



La polémica comenzó cuando Wenceslao Ayguals de Izco defendía el desayuno de tenedor:

¿No es, hermano, solemne disparate
preferir chocolate al desayuno?
¿No es más estomacal, más oportuno
un par de huevos fritos con tomate?

Me llamaréis acaso botarate
porque no tengo estómago frailuno.
Ábrase la reunión: pueda cada uno
razones alegar en el debate.

¡Sus!... a la lid. oh reverendo hermano
si quiere conquistar laureles nuevos;
y árdase Troya cual inmensa fragua.

Cante en buena hora el chocolate ufano
yo entonaré el "busilis" de los huevos
y veremos quién lleva el gato al agua.

Esta preferencia, tuvo contestación de Fray Gerundio (seudónimo del escritor e historiador Modesto Lafuente), quién haciendo le contestó con el mismo soneto apenas modificado:

No es, hermano, solemne disparate
preferir chocolate al desayuno.
ni es más estomacal, más oportuno
un par de huevos fritos con tomate.

Me llamaréis acaso botarate
porque tengo el estómago frailuno.
Ábrase la reunión: pueda cada uno
razones alegar en el debate.

¡Sus!... acepto la lid ya que un hermano
me invita a conquistar laureles nuevos;
y árdase Troya cual inmensa fragua.

Yo ya defiendo el chocolate ufano
tu el "busilis" entonas de los huevos
y veremos quién lleva el gato al agua.

Este buzo se ha enterado de toda esta historia en la magna obra El libro de la cocina española. Gastronomía e historia de Néstor Luján y Joan Perucho. El final de la historia también se cuenta en el libro, que se reproduce a continuación.



La cuestión fue juzgada y resuelta en favor del chocolate, y el fallo, redactado por un autor anónimo, se publicó en la páginas del mismo periódico satírico. En él se decía que comparar los huevos fritos con el elegante chocolate era tanto como poner en parangón:

"la sidra con el néctar de los dioses, el chacolí con el Lacrima Christi, la rústica patata con el tocino de cielo, la innoble cebolla  con la pechuga de ángel, la prosa con la poesía, lo humilde con lo elevado, lo rastrero con lo sublime, el zueco con el coturno, la cotorra con la sirena, etcétera"

y se aducía el testimonio de las academias de Ciencias de Prusia, de Bellas Artes de País y de la Real de Londress, que han consignado: "Il y a longtemps qu'on appelé le chocolat "Le lait des viellards": on le regarde comme très nourrissant très propre a reveiller les forces languissantes"



jueves, 13 de septiembre de 2018

Learn How to Fall. Paul Simon

A mis veinte años, era un auténtico fan de Simon y Garfunkel y, en continuidad,un poco más tarde de Paul Simon. Mi disco favorito de Paul Simon por esas fechas fue There Goes Rhymin' Simon.



Que no comprendí muy bien al principio, pues se alejaba de la trayectoria de gran estilo acústico y folk del cantante de Newark, combinando una gran variedad de estilos: gospel, ritmos jamaicanos,etc. Poco a poco sin embargo, me fue conquistando y temas como Kodachrome, Tenderness o Was a Sunny Day han permanecido todos estos años conmigo.

Uno de los temas más "simon-y-garfunkel" era Learn How to Fall, deliciosa canción de consejos; (ver el enlace a paulsimonsongs.blogspot.com), sobre como aprender de los errores y del derecho de todo el mundo a tener una segunda oportunidad.



La he recordado en estos días porque es la música de fondo de la escena final de la película Cuando menos te lo esperas de 2003, dirigida por Nancy Meyers y protagonizada por Diane Keaton y Jack Nicholson, (sin olvidar la refrescante presencia de Amanda Peet).

Agradable y divertida comedia en que se consigue  una química precisa entre los dos protagonistas principales, (como en las grandes comedias antiguas), para la que Learn How to Fall constituye un broche perfecto.


miércoles, 12 de septiembre de 2018

La estatua del Jardín Botánico. Santiago Auserón (Radio Futura)

Hay críticos y poetas que piensan que el el decaimiento actual de la poesía, en el ámbito de la cultura y de la sociedad, se debe, fundamentamente, al hecho de que ésta, en un largo proceso de varios siglos, fue dejando de ser recitada y aprendida, o cantada; hablada en definitiva, para pasar a ser escrita. 

Jaime Gil de Biedma no estaba muy de acuerdo y mantenía que sí había poesía que seguía circulando. Según él había, al menos, tres tipos de poesía que seguía siendo hablada y recitada: los eslóganes, (“Se siente, se siente / Carrillo está presente”, que es un pareado y es poesía), la poesía didáctica (“Sigüenza, Molina de Aragón, Cogolludo, Cifuentes y Sacedón”, poema nemotécnico para recordar los partidos judiciales de la provincia de Guadalajara); y las letras de las canciones de la música popular.




Las letras de las canciones quizás sean el ejemplo de poesía más viva y más vivida. Muchas de ellas tarareadas, las memorizamos y las cantamos y nos acompañan – a veces sin quererlo – toda la vida. En la música popular española hay numerosos ejemplos de letristas – que son verdaderos poetas – de altísima calidad. Como, por ejemplo, Santiago Auserón, de Radio Futura, autor de la magnífica estatua del Jardín Botánico.

 La estatua del Jardín Botánico

Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.

Esperando un eclipse me quedaré
persiguiendo un enigma al compás de las horas.
Dibujando una elipse me quedaré
entre el sol y mi corazón.

Junto al estanque me atrapó la ilusión.
Escuchando el lenguaje de las plantas
y he aprendido a esperar sin razón.

Soy metálico en el Jardín Botánico.
Con mi pensamiento sigo el movimiento
De los peces en el agua

Santiago Auserón Marruedo, (Zaragoza, 1954)




viernes, 7 de septiembre de 2018

Como piñones mondados. Nestor Luján.

Una de las felices relecturas en este verano ha sido Como piñones mondados  que es uno de entre las decenas de libros que escribió Nestor Luján, posiblemente el último polígrafo - escribió más de veinticinco mil artículos y unos ochenta libros - que ha habido en castellano. Fue, por encima de todo, periodista y gastrónomo; uno de los gastrónomos pioneros en la segunda mitad del siglo XX. El de conocimientos más vastos y variados. 





Un autor cuya importancia, en el ámbito gastronómico, es indiscutible. Su labor como crítico gastronómica fue ingente a través de miles de críticas- con el seudónimo Pickwick y artículos culinarios recogidos en recopilaciones - como El arte de comer de 1983. Autor de varios libros de referencia como la magna obra El libro de la cocina española que Lujan escribió junto a Joan Perucho en 1970. 

Relevancia que supo valorar Manuel Vázquez Montalbán en el prólogo que escribió a la edición de 2003 del último libro citado. (Dicho sea de paso, ese prólogo - que es un resumen magistral y creo que referencia obligada sobre la historia de la gastronomía española del siglo XX - debió ser uno de los últimos textos publicados por Vázquez Montalbán,  que falleció en Bangkok, en octubre de 2003).

Como piñones mondados es, fundamentalmente, una recopilación de refranes gastronómicos que da continuidad a otros libros sobre refranes en general que Nestor Luján había escrito previamente. En la dedicatoria del libro se revela el sentido del título:

"En memoria de mi madrina y tía Antonia, que vivió con nosotros hasta su muerte a los ochenta y seis años... Siempre me obsequiaba con piñones mondados, que eran mi mejor golosina." 

El libro es mucho más que una excelente recopilación de refranes gastronómicos. Tras el titulo se define el libro como Cuento de cuentos de gastronomía. Y es que antes de los refranes dedicados a cada alimento o plato, éste nos es explicado - en una extensión de no más de dos o tres páginas -; y ahí surge la erudita, eficaz y bella prosa de Nestor Luján con etimologías, historias, leyendas, poemas...,cuentos; que trasladan al lector el entusiasmo y amor que profesaba a la gastronomía y a su historia. 

Cuento de cuentos de gastronomía.... Volveremos en este blog, espero que a menudo,  a Como piñones mondados.