Miguel d’Ors, poeta de la magia de la cotidianidad
y de la experiencia, que tanto le gusta al buzo, es escéptico en lo que se
refiere a lo que te puede ofrecer el paso periódico del tiempo. Así lo expresa
en su poema, de su obra La música extremada, titulado Calendario perpetuo :
El lunes es el nombre de la lluvia
cuando la vida viene tan malintencionada
que parece la vida.
El martes es que lejos pasan trenes
en los que nunca vamos.
El miércoles es jueves, viernes, nada.
El sábado promete, el domingo no cumple
y aquí llega otra vez -o ni siquiera otra:
la misma vez- la lluvia de los lunes.
cuando la vida viene tan malintencionada
que parece la vida.
El martes es que lejos pasan trenes
en los que nunca vamos.
El miércoles es jueves, viernes, nada.
El sábado promete, el domingo no cumple
y aquí llega otra vez -o ni siquiera otra:
la misma vez- la lluvia de los lunes.
Sin embargo no todo el mundo es de la misma
opinión y aún cuando, a veces, sintamos el hastío y la vacuidad del paso de la
vida, también, prácticamente todos solemos soñar con el fin de semana siempre
esperado y prometedor. Es ese, junto con la alegre alma ye-ye, el espíritu de
la canción Sabato sera.
La edición de 1964 del Festival de San Remo
se quiso acercar a la juventud permitiendo, en la selección de canciones, la
entrada de ritmos más bailables: surf, madison, rock and roll y, además, se admitió
la participación de artistas extranjeros acudiendo por ejemplo, entre otros,
Frankie Avalon y Paul Anka. El primer premio se lo llevó la jovencísima
Gigliola Cinquetti de 16 años con la entrañable Non ho l’etâ (No tengo edad) que representó mas tarde a Italia en el Festival de Eurovisión, donde también
ganó.
De esa edición de San Remo son, asimismo,
Una lacrima sul viso que, interpretada por Bobby Solo fue un enorme éxito de
ventas y Sabato será cantada por el también jovencísimo Bruno Filippini. La
canción es muy twist-madison, años-sesenta “total” y sumamente teenager en la versión de Filippini, (menuda pajarita que me le pusieron en San Remo). De ella se hicieron, como
era costumbre en la época, versiones en castellano como la de la cantante madrileña Rosalía, que es, dónde va a parar, mucho más moderna y ye-ye que la original. A ella les enlazo. Dice:
..el “miercolés”
un besito te daré
sólamente por teléfono..
Ya no se escriben letras así.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario