Como se habrán dado cuenta, al buzo le fascinan las
canciones que no sólo sobreviven al paso del tiempo, y se siguen escuchando
décadas después, sino que además son capaces de salir de su ámbito inicial y sonar en otros idiomas, géneros o estilos diferentes, teniendo el mismo o superior éxito. Eso es lo que convierte a algunas canciones en auténticos
standards.
Es el caso de Save the last dance for me. Fue
escrita en 1960 por Doc Pomus y Mort Shuman, pareja de compositores de los años
sesenta, inquilinos del famoso Drill Building – rascacielos que albergó durante
más de dos décadas a los compositores y editores más importantes en Nueva York.
– y grabada ese mismo año por Los Drifters , con la producción de J. Leiber y
M. Stoller.
La canción tuvo un éxito enorme, llegando al número #1 en las listas
americanas de ese año y al número #2 en las listas inglesas. Es una gran
balada, blandita y pegadiza, apoyada en la estupenda voz del cantante solista,
Ben E. King, y en los mágicos coros vocales de Los Drifters, (¡qué gran grupo).
Puro pop de color de principios de los sesenta.
En 1962, la canción salta al country, siendo grabada por
Buck Owens, llegando al número #1 de las listas de country, género en el que se
consolidó a lo largo del tiempo, formando parte del repertorio, por ejemplo, de
Dolly Parton, (que consiguió con ella un enorme éxito en 1984) y de Emmylou Harris.
En el mismo año de 1962, Ike y Tina Turner hacen una gran
versión que introduce la canción en el ámbito del soul; y por las mismas fechas
Jerry Lee Lewis, (The Killer de Luisiana),
uno de los pioneros del rock and roll, la graba también.
En francés la cantaron Dalida y Mort Shuman, (el autor de la música de la canción), este último muy
lenta, casi tanto como lo hizo Nilsson en su disco Pussy Cats, producido por John
Lennon – al que se escucha en los coros; y en versión punk, la hicieron The Forgotten Rebels de Canadá en 1981.
El último gran éxito de Save the last dance for se me produce
en 2005, cuando Michel Bublé, la graba en su segundo álbum de estudio, It’s
time. El arreglo musical, que enfatiza el aire un poco cha-cha-cha de la canción, la pone en el lugar en
que mejor podía estar; en la pista de baile en que transcurre la canción.
Doc Pomus, autor de la letra, usaba muletas, pues había tenido
la polio de niño. Al parecer, según Lou Reed, la canción se le había ocurrido
el día de su boda, viendo bailar a su mujer en la pista. Puedes bailar con quién
quieras, dice la canción, pero no olvides
quién te va a llevar a casa y en los brazos de quien vas a estar.
But don't
forget who's takin' you home
And in
whose arms you're gonna be
So darlin' save the last dance for me
Michel Bublé pone al servicio de Save the last dance for me,
su gran voz y un sentimiento especial –creo - en la interpretación, logrando una
versión redonda que hace de la canción un standard para la historia.
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