El rey Felipe VI hizo un llamada de cortesía a Carlos Lesmes, presidente del Poder Judicial, indicándole que le habría gustado asistir a la entrega de despachos a la nueva promoción de jueces.
A Alberto Garzón, ministro de Consumo de este gobierno que padecemos, le faltó tiempo para declarar en redes sociales que
"La posición de una monarquía hereditaria que maniobra contra el Gobierno democráticamente elegido, incumpliendo de ese modo la Constitución que impone su neutralidad, mientras es aplaudida por la extrema derecha es sencillamente insostenible".
Si los tontos volaran, veríamos como Alberto Garzón se elevaría como un globo aerostático cautivo y desde su altura le seguiríamos oyendo decir paridas. O tal vez se elevaría libremente cada vez más alto hasta la estratosfera y, si eso fuera asi: suerte; no lo volveríamos a ver.
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