Yo recuerdo mucho
la Glorieta de Atocha de los años setenta y principios de los ochenta. Era un
paisaje más duro que el actual. En ella acababa bruscamente el centro de Madrid
y en las distintas calles que a ella llegaban, lo hacían también los autobuses y
camionetas de los barrios y de los extrarradios.
El turismo era
algo exótico y el actual Museo de Arte Reina Sofía era un hospital en ruinas. Aún no se había maquillado el Paseo del Prado
con museos nuevos ni centros culturales. El Prado mismo era algo para excéntricos, añejo y oscuro con conserjes vestidos
con gastadas levitas azules y gorras de plato. El inicio de la avenida Ciudad
de Barcelona era inhóspito con las vías de la estación asomando al paisaje y casi un
descampado hasta casi llegar al cruce con Menéndez y Pelayo; y hacia la avenida
del Mediterráneo lo que destacaba eran los cuarteles a dónde se iba a enseñar y
que te sellaran la cartilla militar, (“la blanca”), cuando volvías de la mili.
Y estaba el scalectric que trataba de deglutir el tráfico de coches que ya atascaba el
centro todos los días. Y ahí estaba todo Madrid cruzando Atocha, los coches por arriba y por abajo, el personal,
cada uno a su afán; con prisas tratando de llegar a casa después de trabajar o
estudiar o yendo a acompañar a la parada del bus a la chica que tenía que coger
el sesenta para llegar a casa a las diez y media. Con todos aquellos bares de
la época, con mucha formica y olor a fritanga de calamares, de los que sólo
parece haberse salvado El Brillante.
Del fin de esa
época es la canción Cruzando Atocha de aquel grupo excéntrico e indescriptible, La Romántica Banda Local, que floreció sólo unos meses en el panorama
musical español dejando buen sabor de boca, ironía y ternura a una sociedad
que, necesitando lo anterior, prefería otros sonidos y sensibilidades.
Voy cruzando Atocha
Sobre los puentes hay que reducir
Es peligroso caerse desde aquí
Cruzar Atocha en
moto por el scalectric pensando en la amada tiene riesgos pero hace volar la
imaginación
Recorrer el suelo como si fuera
En un pequeño avión
Sobre dos ruedas
Me parece que empiezo a volar
Y a veces pienso
Que de volar
Volemos de una vez.
Portada del primer LP de La Romántica Banda Local
Y al final la
realidad se va imponiendo y ahí están el
humo del autobús y el ruido de los tubos de escape... y el deseo.
Tal vez tus padres
Te dejen volver más tarde hoy
Te dejen volver más tarde hoy
El duro Madrid
de la Glorieta de Atocha de aquellos años.
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