Este
buzo, que ya va teniendo sus años, (justamente
en estos día me he convertido en un sixty
four; como en la canción de The
Beatles), recuerda los desayunos de su infancia. A saber: leche migada los más
de los días, tostas de pan frito y torreznos los domingos y, de peras a ramos, algún
huevo frito y los benditos churros, primero en Bejar y después en Zamora.
Más
tarde llegaron la bollería industrial, las tostadas y, después, con la venida de los nuevos profetas que son los nutricionistas, lo de que el desayuno era la comida más importante del día y había que tomar, en cantidades, fruta, zumos, tostadas, etc. ¡En fin!
Hace
un tiempo, al hilo de alimentar una sección de literatura y gastronomía en la
web de la - al parecer - extinta APGE, (Asociación de Amigos
del Patrimonio Gastronómico Español), que
se denominaba Cazuelírica, me dio
por recopilar, sobre todo, poemas relacionados con la gastronomía; que ocupan lo
suyo en el ordenador y a las que hay que darle una salida.
Y
en hablando del desayuno; a mediados del siglo XIX ya había polémica sobre si el desayuno había de ser de lácteos más
etcétera o si había de ser “de tenedor”. Polémica que se dirimía en las
revistas de la época, tal y como se refiere en El libro de la cocina española de Nestor Luján y Juan Perucho.
(Editorial Tusquets. Colección Los 5 sentidos).
En las Pgs. 78 y 79 de la obra citada se indica: (Sic) “El espíritu de “lo moderno” se había infiltrado ya desde hacía tiempo, pero adquiría cada vez más actualidad. De ello da constancia, y es significativa, la polémica que se desató entre bromas y veras, en La Risa, recogida después en el Album del Momo (1847), so bre si era mejor desayunar con chocolate o con huevos fritos.
Wenceslao Aiguals de Izco. (Web de la RAH)
El escritor Wenceslao Aiguals de Izco defendía con
este soneto no desprovisto de gracia, el desayuno de tenedor:”
Wenceslao Aiguals de Izco. (Vinaroz, Castellón, 1801-Madrid, 1873)
Modesto Lafuente - Fray Gerundio (Web de la RAH)
Sigue (sic), “No menos gracia tuvo la contestación de Fray Gerundio, quien, haciendo un derroche de ingenio, le contestó con el mismo soneto apenas modificado:”
Modesto Lafuente y Zamalloa-Fray Gerundio (Rabanal de los Caballeros, Palencia, 1806 – Madrid, 1866)
Parece
que (sic), “La cuestión fue juzgada y
resuelta en favor del chocolate, y el fallo, redactado por un autor anónimo, se
publicó en las páginas del mismo periódico satírico….”
Pueden leer toda la polémica en el tomo-recopilación Album de Momo. Colección de lo más selecto que se publicó en La Risa, (pgs. 266-273); editado en 1847 en su propia imprenta, por Wenceslao Aiguals. Razonadas quedan ambas posturas y sólo queda elegir. ¡O no!; ¿por qué elegir? Mejor disfrutar del chocolate y de los huevos fritos con tomate. A días y a ratos.
Razonadas
quedan ambas posturas y, por favor, asómense a las fabulosas y variadas
biografías de estos dos personajes del siglo XIX : WenceslaoAiguals y Modesto Lafuente.
Fueron escritores, poetas, editores, políticos; todo a la vez. ¿Cómo tendrían tanta
energía y tanto talento y tiempo? Ni con internet hay, más de siglo y medio después, personajes de este porte.
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