viernes, 26 de junio de 2020

Lecturas en el confinamiento 2. La desaparición de los rituales de Byung-Chul Han

El 15 de mayo apareció, en Babelia, la entrevista con Byung-Chul Hanel filósofo coreano, residente en Alemania, al que presentaban como el filósofo vivo más leído en todo el mundo. La entrevista venía a cuento por la inmediata edición en castellano – Ed. Herder -de su última obra: La desaparición de los rituales.



Lo que se contaba en la entrevista sobre el libro me resultó muy atrayente e, intuitivamente, muy próxima a mis propios pensamientos. En el libro se definen los rituales como acciones simbólicas que generan una comunidad sin necesidad de comunicación. En cambio, en las sociedades actuales abundaría más bien la comunicación sin comunidad. La primera respuesta del filósofo a interrogantes planteados, acerca de esta cuestión se transcribe a continuación.

La desaparición de los rituales señala sobre todo que, en la actualidad, la comunidad está desapareciendo. La hipercomunicación consecuencia de la digitalización, nos permite estar cada vez más interconectados, pero la interconexión no trae consigo más vinculación ni más cercanía. Las redes sociales también acaban con la dimensión social al poner el ego en el centro. A pesar de la hipercomunicación digital, en nuestra sociedad la soledad y el aislamiento aumentan. Hoy se nos invita continuamente a comunicar nuestras opiniones, necesidades, deseos o preferencias, incluso a que contemos nuestra vida. Cada uno se produce y se representa a sí mismo. Todo el mundo practica el culto, la adoración del yo. Por eso digo que los rituales producen una comunidad sin comunicación. En cambio, hoy prevalece la comunicación sin comunidad. Cada vez celebramos menos fiestas comunitarias. Cada uno se celebra solo a sí mismo. Deberíamos liberarnos de la idea de que el origen de todo placer es un deseo satisfecho. Solo la sociedad de consumo se orienta a la satisfacción de deseos. Las fiestas no tienen que ver con el deseo individual. En el juego colectivo uno no procura satisfacer su propio deseo. Antes bien, se entrega a la pasión por las reglas. (…) Sostengo que tenemos que inventar nuevas formas de acción y juego colectivo que se realicen más allá del ego, el deseo y el consumo, y creen comunidad. Mi libro va encaminado a la sociedad que viene. Hemos olvidado que la comunidad es fuente de felicidad. La libertad también la definimos desde un punto de vista individual. Freiheit, la palabra alemana para “libertad”, significa en origen “estar con amigos”. “Libertad” y “amigo” tienen una etimología común. La libertad es la manifestación de una relación plena. Por tanto, también deberíamos redefinir la libertad a partir de la comunidad.

He leído el libro que, a veces, cae en repeticiones y reiteraciones y, también, en ocasiones  no resulta fácil y apabulla con la bibliografía y citas. Pero el mensaje es claro y brillante; y se ha resumido en los párrafos anteriores.

Cuando comentaba que intuitivamente, me resultaban próximas las ideas de que se contaba en el libro, me venía a referir al adanismo y al desprecio de las instituciones que estamos viviendo en estos momentos y a los que me referí en la entrada en este blog Porque yo lovalgo y otras soberbias el 20 de febrero.

Les enlazo a la crítica del libro realizada por Carlos Pérez Laporta, en el suplemento Alfa y Omega de ABC, que resume la crítica realizada, recordando un delicioso párrafo de El principito que ponen en valor los ritos, por nimios que parezcan.

Con todo, su diagnóstico (el del libro) permanece válido: «Si tú vienes a cualquier hora –le recriminó el zorro al Principito–, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios».

Y como me gusta mucho la obra de Julio Martínez Mesanza, vuelvo a reproducir su poema Exaltación del rito.

Exaltación del rito

Quién no comprende la razón del rito,

quién no comprende majestad y gesto

nunca conocerá la humana altura, 

su vano dios será la contingencia.

Quién las formas degrada y luego entrega 

simulacros neutrales a las gentes,

para ganarse fama de hombre libre,

no tiene dios, ni patria ni costumbre.

  

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